Tomaremos la competencia, como un comportamiento al que le reconocemos
una relación causal con un resultado valioso. Por lo tanto,
operacionalmente ambos conceptos, competencia y comportamiento, los
consideraremos como sinónimos. Un comportamiento es lo visible, aquello que
podemos observar, describir y mostrar. Es todo aquello que un selector vera en
ti.
Podemos clasificar a las competencias en 4 tipos:
1- Conocimientos aplicados o destrezas
Se trata de las competencias más superficiales ya que pueden ser enseñadas, aprendidas, practicadas y repetidas frente a las circunstancias con las que están causalmente relacionadas.
Se trata de las competencias más superficiales ya que pueden ser enseñadas, aprendidas, practicadas y repetidas frente a las circunstancias con las que están causalmente relacionadas.
Es el
comportamiento más sencillo de obtener y constituye un criterio de selección
cuando la posición que se debe cubrir depende exclusivamente del ejercicio de
tal destreza, en tal caso es absolutamente excluyente y no requerimos otro
recurso que una prueba de habilidad al respecto.
2- Aptitudes
Son las cualidades que hacen que una persona sea apta –adaptable- para cierto fin. Capacidad, facilidad, disposición natural, para acceder a determinados aprendizajes, realizar una tarea o resolver un problema.
3- Actitudes y valores
Las actitudes y los valores representan un nivel de mayor profundidad en la personalidad, que tocan a las posiciones frente a la vida, a las creencias y la jerarquía que atribuye a diferentes tipos de demandas.
Las actitudes se expresan como disposiciones de ánimo frente a una demanda o exigencia. No se aprecian a simple vista, requieren mayores recursos de parte del evaluador.
En este nivel encontramos las actitudes que una persona tiene con respecto a sí misma, su autoestima, en qué se basa, cómo se realimenta y cómo es afectada.
4- Rasgos y Motivaciones
Representan un nivel de profundidad mayor aún, dentro de la línea de los aspectos íntimos, vocacionales, talentos especiales y propósitos superiores.
Se
relacionan con la misión que cada uno considera tener en la vida, y en qué
medida ese puesto, esa tarea, ese quehacer le permite satisfacerla. Explorar
este aspecto requiere adentrarse muy profundamente en una persona para hallar
respuesta al interrogante sobre el sentido de la vida.
Para la
puesta en juego de un modelo de competencias o una competencia particular, los
pasos concebidos por el enfoque tradicional sobre competencias son los
siguientes:
- un individuo que posee ciertas destrezas, aptitudes, actitudes y motivaciones;
- este individuo desarrolla cierto comportamiento poniendo en juego sus destrezas (ésta es la parte visible, evidente o el interrogante a identificar);
- obtiene un resultado considerado valioso o exitoso (su desempeño laboral, la operación comercial concretada, la clientela quejosa satisfecha)
- un individuo que posee ciertas destrezas, aptitudes, actitudes y motivaciones;
- este individuo desarrolla cierto comportamiento poniendo en juego sus destrezas (ésta es la parte visible, evidente o el interrogante a identificar);
- obtiene un resultado considerado valioso o exitoso (su desempeño laboral, la operación comercial concretada, la clientela quejosa satisfecha)
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